Preguntas sin respuesta

Una pregunta que surca mi mente desde hace tiempo. Un pensamiento entre miles que azotan mi cabeza todos los días y a todas horas.
¿Necesito llorar, desahogarme, limpiar mi alma? (si es que aún la conservo) Preguntas que cada día toman más fuerza y me hacen dudar sobre lo que debo hacer y lo que no.
Mañana comenzare con la rutina de nuevo, falsos abrazos y sonrisas sin parar de preguntar “¿Qué tal las vacaciones? ¿Te han traído muchas cosas los reyes?”
Sinceramente, no se si estoy preparado para volver. No se si aguantare sin derrumbarme y salir corriendo en un vano intento de evadirme de la realidad.
Espero que pase rápido, me pondré la mascara con la mayor sonrisa que tenga y volveré junto a compañeros que no vuelva a ver nunca más. Compañeros que saldrán de mi vida al igual que entraron, despacito y sin hacer mucho ruido dejándome otra vez solo y volviendo a preguntarme ¿Necesito llorar?