miércoles, 16 de octubre de 2019

Amantes


Solos en la habitación, tumbados en la cama yacen sus cuerpos semidesnudos. Ella duerme profundamente mientras él la observa en silencio, sin hacer ningún ruido, temiendo respirar demasiado fuerte para despertarla.

Él mira su cuerpo, pensado la suerte que tiene solo con el hecho de estar tumbado a su lado.

Observa su pelo negro, tan oscuro como la noche, y de una suave caricia le aparta un mechón para dejar su cara descubierta. Muy despacio, se acerca a ella y le da un cariñoso beso en la frente mientras sonríe. Ella respira profundamente y se da la vuelta dándole la espalda. Él sonríe aún más, estira su mano y comienza acariciarle la cabeza, deslizando sus dedos entre su lacio cabello.

Posa su mano sobre su hombro y va bajando suavemente mientras besa su brazo hasta llegar a su mano, donde acariciando sus finos dedos se tumba a su lado.

Sujetándola por la cintura, acerca su cuerpo hacia ella, oliéndole el pelo, pelo que huele a melocotón.

Rodea su cuerpo con su brazo y le da un ligero apretón volviendo a besarla, esta vez en la espalda. Ella vuelve a respirar profundamente y, de nuevo, se da la vuelta.

Ve que se ha despertado. Ella le mira fijamente y le devuelve la sonrisa.

La coge entre sus brazos, arrima su cuerpo en un fuerte abrazo y se funden en un beso...